Tu voz se erige
para defenderse de la dulzura,
que te han impuesto
los que te miran.
Rasgando el sol por la mañana,
con un retazo de lo cortado
cubres tu cuerpo intacto,
que empuja la ultima estrella.
Por la cadencia de tus pasos
se disocian los entes del pasado,
el disperso crujir de los años
le abre paso a tu canto.
Sonrosas mi voz
la apresas con tus esmeraldas,
parece que te salta el alma
por los vitrales de tu frente.
Traspasas el tiempo
lo acosas con ilusiones rotas
las flores danzan con tu sombra
mientras te alistas para el día.
Caminas, hablas, buscas,
siempre buscas algo mas.
Al quemarse el día harás
que el mundo sueñe.
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